De acuerdo con el portal de la OMS, la depresión es la principal causa de enfermedad y discapacidad de niños y niñas de entre 10 y 19 años. Las principales causas globales de muerte en ese grupo de edad son los accidentes de tránsito, VIH-Sida y los suicidios.
De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Autónoma de México, en la Ciudad de México 2 de cada 10 infantes entre los 8 y los 17 años de edad presentan síntomas de depresión. Cada año mueren 1.3 millones de adolescentes, en su mayoría por causas tratables o prevenibles.
¿Qué es?
La depresión se encuentra especificada dentro de los Trastornos Depresivos de la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V); en el cuál nos dice que la depresión es una enfermedad del estado de ánimo que produce una serie de modificaciones en las vivencias emocionales de quien la padece, afectando también la alimentación, la función sexual y el dormir, etc.
Los tipos más comunes de trastornos depresivos son la Depresión Mayor y el trastorno Depresivo Persistente (Distimia). La distimia en infantes y adolescentes se caracteriza por estar presente al menos un año, durante el cual, ha habido más días con estado de ánimo depresivo que sin él, acompañado de otros síntomas depresivos que no cumplen los criterios para un episodio depresivo mayor.
¿Cómo identificarlo?
Trastorno de Depresión Mayor:
5 o más de los siguientes síntomas han estado presentes durante el mismo periodo de dos semanas y representan un cambio del comportamiento del infante/adolescente; al menos uno de los síntomas es estado de ánimo deprimido o pérdida de interés.
- Estado de ánimo deprimido: tristeza, sentimiento de vacío, desesperanza, llanto continuo, irritabilidad excesiva.
- Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días.
- Disminución o aumento del apetito casi todos los días; puede haber retraso en el aumento de peso esperado correspondiente a la edad del infante.
- Insomnio o hipersonmia.
- Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.
- Sentimientos de culpa, o inutilidad casi todos los días.
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones casi todos los días.
- Pensamientos de muerte recurrentes, ideas suicidas. En infantes y adolescentes se manifiesta con comportamientos autodestructivos o intenciones de autolesionarse.
- NOTA: Tomar en cuenta si en los últimos días o meses el menor vivió la pérdida de un familiar, hubo algún cambio importante en el núcleo familiar (ruina económica, enfermedad, discapacidad, accidente grave, etc.); ya que éstos factores podrían justificar la sintomatología.
Trastorno Depresivo Persistente:
- Estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día, así como irritabilidad, presente más días que los que está ausente (Ej. En una semana de 7 días, 4 o más días presenta el síntoma, y 3 o menos días no se presenta el síntoma), durante mínimo un año.
- Presencia de dos o más de los siguientes síntomas:
- Poco apetito o aumento del mismo.
- Insomnio o hipersomnia.
- Poca energía o fatiga.
- Baja autoestima.
- Falta de concentración o dificultad para tomar decisiones.
- Sentimientos de desesperanza.
- Durante un periodo de un año, los síntomas presentes no han estado presentes por más de dos meses seguidos.
¿Qué hacer?
Es importante observar el comportamiento de nuestros infantes y adolescentes, identificar algún cambio en su rutina, o en su estado de ánimo. También podemos identificar si los síntomas se intensifican después de haber convivido con algún grupo social o persona en especifico: familia, escuela, club deportivo o de la actividad extra escolar, etc., ya que podría estar siendo víctima de bullying.
Así mismo, cuidar su alimentación y hábitos de sueño, ya que son base importante para su crecimiento y desarrollo; ya que enfermedades fisiológicas derivadas de problemas del sueño o deficiencia de vitaminas, puede confundirse con o co-relacionarse con la depresión.
Fomente el dialogo y la confianza con su menor, así le será más fácil acercarse con usted en caso de sentirse con desánimo, tristeza, enojo excesivo, etc., que les permita buscar la ayuda adecuada.
La depresión puede ser hereditaria, si algún familiar la padece, es buen momento para abrir el diálogo entre familia y explicar el curso de la enfermedad, ya que, aunque los síntomas nos ayudan a detectarlo, no todas las personas lo viven de la misma manera; y al mismo tiempo, eliminamos el posible tabú que exista para hablar sobre enfermedades mentales.
Si considera que su hijo(a), o algún menor con quién conviva pueda estar padeciendo de depresión, puede concretar una cita con nosotros a través de nuestras distintas redes sociales, en Fogata Azul contamos con personal capacitado para brindarle la atención psicológica que requiera.
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