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La importancia psicológica de la lactancia materna

De acuerdo con la OMS, la lactancia materna es una de las formas más eficaces de garantizar la salud y la supervivencia de los niños.

La leche materna es el alimento ideal para los lactantes; es segura, limpia y contiene anticuerpos que protegen al bebé durante su desarrollo.

madre amamantando a su bebé

Los infantes amamantados muestran un mejor desempeño en las pruebas de inteligencia, son menos propensos al sobrepeso o la obesidad, y posteriormente a la diabetes. Por otro lado, las mamis que amamantan, presentan un menor riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario.

En cuanto a los beneficios psicológicos, cuando la madre amamanta a su bebé, ambos realizan un intercambio de sensaciones que apoyan al establecimiento de un vínculo que permitirá el desarrollo de su personalidad al generar una sensación de protección. Así mismo, le brinda la posibilidad de crear vínculos adecuados con su entorno al contribuir al desarrollo de un individuo más seguro y confiado de sí mismo.

madre con su bebé mirándose a los ojos

Beneficios durante la lactancias:

  • Reduce la probabilidad de padecer depresión post-parto. Esto debido a la producción de oxitocina producida durante la lactancia.
  • El estímulo de la succión mantiene la fisiología de la madre en sintonía con las necesidades del niño/a.
  • Sentimientos de logro y satisfacción personal por parte de la madre.
  • Satisface sentimientos de amor, protección y confianza entre madre y bebé.
  • Tiene una ventana corta de duración como método anticonceptivo. (Recuerda que su confiabilidad no es del 100%)
  • Beneficia al desarrollo motor del bebé.
  • Propicia la comunicación entre la madre y su bebé. Permitiendo reconocer gestos del bebé que indiquen alguna necesidad, incomodidad o inclusive calma.

La sociedad pone un gran peso sobre la maternidad. Es normal sentir incertidumbre acerca de cómo amamantar a tu bebé, sobretodo siendo madre primeriza. ¡No te preocupes! Siempre puedes acudir con tu red de apoyo o profesionales que te puedan orientar desde el respeto y el amor.

Las emociones displacenteras son normales y pueden aparecer en cualquier momento, no le vas a pasar tu enojo a tu bebé, pero sí es más perceptivo/a a tu emoción. Amamantar para satisfacer una necesidad de tu bebé, mientras te encuentras experimentando una emoción displacentera no te hace mala madre, y tampoco estás llevando una mala práctica. Si bien lo recomendable es poder regular nuestra emoción antes de amamantar, es posible que la propia lactancia también te brinde calma en el momento.

¡Papá también puede participar!

Si tenemos la fortuna de contar con la figura paterna, claro que también puede participar, ¿cómo? Estando presente al momento que mamá esté amamantado. Puede observar y platicar con su bebé.

A partir del 6to mes, y atendiendo las recomendaciones pediátricas, papá podrá participar de forma más activa en la alimentación del bebé, ya sea con las papillas o en la alimentación con la mamila. Se recomienda que al momento de dar mamila, papá lo pueda hacer abrazando a su bebé sin camisa o cerca de su corazón, ya que esto tendrá el mismo efecto de seguridad y protección como el que brinda mamá.

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