Al hablar de salud mental, es común que exista confusión entre algunos conceptos, que desfavorecen y generan estigmas a las personas que sufren alguna condición mental o que atraviesan una situación difícil. Por tanto, es importante mantener abierta nuestra mente a nuevas ideas y constructos que nos ayuden a empatizar con otros y otras.
Psicólogo/a – Psiquiatra
Si bien ambas profesiones buscan y se dedican a tratar la salud mental, su origen es distinto; los y las profesionales que tienen una carrera universitaria en Psicología, tienen diversas opciones en las que pueden especializarse: psicología social, organizacional, educativa, del deporte, etc., pero la psicología clínica, hace uso de la psicoterapia para tratar problemas psicológicos o mentales, a través de consulta o servicios de salud públicos. Esta rama de la Psicología se especializa en el estudio de la salud mental y los factores que causan los trastornos mentales, además de profundizar en su diagnóstico, tratamiento y prevención. Algo importante y que sobre todo marca diferencia entre un/a psicoterapeuta y un/a psiquiatra es que los primeros no pueden prescribir fármacos, pero sí pueden colaborar con psiquiatría en el proceso de tratamiento y rehabilitación.
Los y las psiquiatras son médicos de profesión, y en esta rama de la medicina se estudian los trastornos mentales con origen genético o neurológico, diagnostican estos desde la base fisiológica o biológica. Por tanto, estos profesionales sí están capacitados para recetar medicación con la finalidad de equilibrar la bioquímica cerebral.
En resumen, puedes atender tu salud mental con un/a psicoterapeuta o un/a psiquiatra, todo depende de tu motivo de consulta, e incluso, en caso de ser necesario asistir con ambas profesiones.
Sensación – Percepción
Son dos procesos que recorren un mismo camino: empiezan con un estímulo y acaban en el cerebro. Pero, a pesar de eso, no son sinónimos.
Una persona recibe estímulos del exterior o del interior, son captados por receptores. La sensación llega primero, pues recibimos el estímulo a través de los sentidos. Para después dar paso a la percepción, un proceso psicológico básico, a través del cual interpretamos y damos sentido a la información que recibimos por los sentidos.
Signo – Síntoma
Estos dos son formas en las que el cuerpo manifiesta tener algún malestar, lesión o enfermedad.
A pesar de que ambos son indicadores, su diferencia es que los síntomas son subjetivos y los signos objetivos. Esto quiere decir que los primeros son explicados o percibidos por la persona afectada; como dolor, cansancio, debilidad.
Pero los signos son algo que podemos incluso medir u observar, sobre todo por alguna persona calificada para cuantificarlos, por ejemplo; fiebre, sangrado, edemas, etc.
Síndrome – Enfermedad – Trastorno
Primeramente, un síndrome es un conjunto de síntomas estudiados e identificados, pueden tener una forma típica de manifestarse, por ejemplo, el síndrome de Down. Pero algunos síndromes no tiene por qué tener una causa conocida ni desarrollarse a la vez que alteraciones anatómicas. Entonces, varios síndromes pueden ser la manifestación de una enfermedad, pero otros no, ya que sus causas pueden ser tan biológicas como, por ejemplo, sociales.
Por otro lado, la OMS define enfermedad como una alteración del estado fisiológico y biológico de una persona, las causas de esta se manifiestan a través de una serie de signos y síntomas, y su evolución es medianamente previsible. Además, una enfermedad puede ser provocada por diversos factores, dando como consecuencia una afección en la persona y alterando su estado de salud.
Finalmente, un trastorno es una alteración del estado de salud normal debido o no a una enfermedad. Está conformado por una serie de síntomas, acciones y/o comportamientos. Además, suele estar asociado alteraciones de los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo.
Conocer y saber utilizar estos conceptos que entran el ámbito de la salud mental, nos ayuda a entender y empatizar con otras personas de forma más precisa, incluso nos da herramientas para explicarnos de manera más acertada sobre nuestro propio sentir y pensar.
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