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Consecuencias psicológicas del maltrato infantil

El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto la niñez y adolescencia e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, negligencia y explotación laboral que puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad de la niña o el niño, así como poner en peligro su supervivencia.

De acuerdo con la página de la Secretaría de salud del gobierno mexicano, en el año del 2020 se registraron 27,526 personas de entre 1 y 17 años que fueron atendidas en hospitales de México por haber sido víctimas de violencia familiar o no familiar. De acuerdo con las cifras recolectadas por la UNICEF, 63% de menores de 14 años sufren de agresiones físicas y/o psicológicas como parte de su formación.

El abuso infantil es un problema mundial, y un caso de salud pública en diversos países.

Imagen con una sombra que pertenece a un hombre adulto, que está amenazando con su mano a un niño pequeño, que está sentado con un oso de peluche.

Según los estudios internacionales, una cuarta parte de las personas adultas manifiestan haber sufrido violencia física en su infancia. Además, 1 de cada 5 mujeres -el 20%- y 1 de cada 13 hombres -el 7,69%- declaran haber sufrido abusos sexuales durante la infancia (OMS, 2019).

El impacto que genera el maltrato infantil, puede tener efectos que duren toda su vida, como lo pueden ser ciertos padecimientos clínicos como:

  • Trastornos del desarrollo cerrebral temprano
  • Alteraciones en el desarrollo del sistema nervioso e inmunitario
  • Enfermedades cardiovasculares.

Trastornos psicológicos y/o de la conducta como:

  • Trastornos del estado del ánimo
  • Ansiedad generalizada
  • Trastorno de estrés postraumático
  • Trastorno antisocial de la personalidad
  • Abuso y dependencia al alcohol y/o sustancias tóxicas
  • Obesidad
  • Trastornos de la conducta sexual
  • Entre otros…

Sin embargo, durante la infancia, a medida que el/la menor va sufriendo maltrato, el daño cerebral puede afectar el eje Hipotálamo-Hipófisis-Adrenocortical (HPA). Sistema que se expresa a través del sistema endocrino y permite que el cuerpo actúe con la secreción de cortisol en la corteza de las glándulas suprarrenales y se genere el flujo de activación que va desde la amígdala hacia la corteza prefrontal.

Es importante mencionar, que de acuerdo a como se recuerde la experiencia, será la probabilidad de presentar síntomas o alguno de los trastornos previamente mencionados.

Polivictimización

Se define como la victimización múltiple que sufre un/a menor. Es decir, que está expuesto a múltiples o prolongados eventos traumáticos, con las consecuencias de esta exposición durante su desarrollo.

Afectaciones inmediatas/corto plazo

El maltrato infantil también altera la bioquímica del cerebro. Diversos estudios realizados a menores víctimas de abuso infantil, han tenido resultados altos de cortisol en la sangre.

Así mismo, hay alteraciones en la producción de norepinefrina y afectaciones en las conexiones fronto-límbicas.

Dichas alteraciones cerebrales, pueden causar que nuestro/a infante presente:

  • Incapacidad de la flexibilidad cognitiva: no observar la diversa gamas de posibilidades ante una situación.
  • Impulsividad
  • Baja autoestima
  • Dificultad para formar y/o mantener relaciones intrapersonales
  • Síntomas de TDAH

Prevención.

La prevención parece obvia: tratar a infantes y adolescentes con respeto y dignidad. Y es por eso que como adultos, sobre todo aquellos que son padres/madres o desean tener hijos/as, tenemos que trabajar en nuestras propias historias.

Gozar de una buena salud e higiene mental, nos hará cuestionar nuestro pasado, sanarlo y analizar la forma de crianza que me gustaría llevar a cabo.

Nadie nace sabiendo cómo ser madre o padre, y mucho menos nuestros nenes vienen con un manual de maternidad/paternidad. Romper con ciclos violentos es parte del cambio, reconocer que necesito trabajar en fortalecer mis herramientas emocionales, de comunicación, y poner acción en ello, es parte del cambio.

Y si no deseas tener hijos, no pasa nada, trabajar en nuestro propio desarrollo personal, prevendrá que actuemos de formas violentas en otros escenarios como en el trabajo u otros familiares. Así como fortalecer nuestra autoestima, autoconfianza y el perdón.

Recuerda que si deseas iniciar o retomar tu trabajo de desarrollo personal, puedes concretar una cita con alguno de nuestros profesionales en la cajita de comentarios que se encuentra al terminar éste artículo, o en los distintos medios de contacto que podrás encontrar dentro de nuestra página web.

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