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La influencia del cerebro sobre las mentiras y tu salud

¿Aprendemos a mentir?

La mentira es un recurso psicológico que existe en todas nuestras actividades sociales, explicaré por qué más adelante. Se manifiesta consciente o inconscientemente, y es importante comprender la naturaleza de este proceso para que podamos comprender la razón de su existencia. No entraremos en cuestiones éticas para saber si esto es bueno o malo. Lo veremos desde el punto de vista funcional de la supervivencia.

A diferencia de otras especies, tenemos fuertes habilidades lingüísticas que nos permiten brindar mucha información a los demás. Cómo cuando un pájaro finge que muere, nos está enviando información. Algo más complejo es el llanto falso de los bebés que realizan cuando quieren llamar la atención, e incluso un nivel de lenguaje más complejo es decirle a alguien que te gusta lo que te dieron cuando obviamente esta no es la razón. Como hemos visto, cuanto más compleja es la mentira, más necesaria es la existencia del lenguaje.

En este rápido proceso evolutivo, hemos visto tres escenarios donde se miente, para ello, desde pájaros casi muertos hasta comentarios con cortesía; se necesita la capacidad de ponerse en otra posición para poder explicar correctamente nuestras intenciones.

Luego, centraremos el tema en la estructura responsable de determinar nuestra respuesta y la estructura responsable de nuestra empatía, que es nuestra capacidad para ponernos en otro lugar. Y es que para mentir necesitamos ser empáticos, si miente de buena fe. Aunque tenemos otro extremo, ahí es donde está el mentiroso, no se avergonzará de mentir, de culparse ni de arrepentirse, pero esto ya está relacionado con problemas patológicos.

Chica recostada
Photo by cottonbro on Pexels.com

¿Mentiras piadosas?

Las mentiras piadosas pueden ser defendibles, ya que tienen una buena intención y puede justificarse su uso. Por ejemplo, cuando tu pareja te prepara una cena romántica y te pregunta si la comida está sabrosa. Sin embargo, los extremos nunca son buenos.

Ocultar constantemente información para evitar dañar a la otra persona no es funcional. Existen formas de comunicación adecuada con las que se puede decir la verdad sin hacer especial daño. Del mismo modo, si siempre nos decantamos por la verdad, puede que cometamos lo que se conoce como sincericidio; decir la verdad siempre, sin filtros o límites, incluso cuando se sabe que de esta forma se daña a los demás.

¿Es el encubrimiento de la realidad una forma de mentir?

En efecto, es lo que conocemos como mentira de ocultación o por omisión. La finalidad de esta ocultación puede variar: evitar hacer daño a otra persona, evitarnos un posible daño a nosotros mismo o como forma de ocultar una mentira previa.

Los efectos negativos de la mentira para aquel que miente

Ocultar la mentira genera un gran nivel de estrés. La persona se encuentra en alerta constante y con gran angustia por el miedo a ser descubierto. Además, la solución que muchas veces se usa para ocultarla es seguir con más mentiras. De esta forma, el estrés y la angustia cada vez es mayor para la persona. También es importante tener en cuenta que, en muchas ocasiones, la mentira es consecuencia de inseguridades, miedo a fallar o fracasar y baja autoestima. Todo ello aumenta la preocupación por no descubrir la mentira.

¿Qué es la mentira inconsciente?

Es la mentira a uno mismo, auto engañarse. Este tipo de mentira tiene como finalidad la autoprotección de la persona. Existe una realidad dolorosa, dura y desagradable, y mediante esta mentira inconsciente, la persona escapa de ella. En estos casos también sería frecuente la confusión de la verdad con la mentira.

¿Qué tipo de trastornos psicológicos está asociados con la mentira?

El principal trastorno asociado a la mentira es la mitomanía o pseudología fantástica. En este trastorno la característica principal es la necesidad que tiene la persona por mentir para obtener admiración o atención de los demás creando una realidad paralela. La mentira es tan compulsiva que puede llegar hasta cualquier mínimo detalle de la vida cotidiana. La mitomanía suele ir asociada a trastornos de personalidad como el narcisista, histriónico o el límite.

¿Cómo debemos actuar si somos conscientes de que nos están mintiendo?

Lo ideal es actuar de una forma asertiva. Comunicar que conocemos que existe una mentira, exponer las evidencias de esa mentira y expresar cómo nos sentimos respecto a esa situación. Es importante siempre utilizar un lenguaje ‘yo’, para evitar que la otra persona se sienta atacada y favorecer la empatía. Por ejemplo, “ante esta situación, me siento frustrado por no poder hablar contigo sobre lo que realmente ocurre”. Por último, proponer y negociar unas pautas de comunicación entre ellos para que esta situación no se repita en el futuro.

Corteza Cerebral y su relación con las mentiras

Según investigadores de la Universidad de Missouri es este proceso de presión demográfica lo que impulsa a nuestra especie a un aumento desmesurado de la corteza prefrontal.

¿De qué se encarga esta estructura?, pues de planificar, organizar y regular nuestros comportamientos, conductas necesarias para vivir en sociedad. ¿Recuerdan el ejemplo de arriba para ser cortés?

Bueno, aquí encontramos otra investigación que relaciona el crecimiento del Neocortex con la capacidad de mentir en primates.

Y vaya sorpresa, sabemos que nuestro cerebro es una mejor adaptación evolutiva del cerebro de estos primates. Si ellos saben mentir, imagínense nosotros.

Sustancia Gris, Sustancia Blanca y Sustancial mentiroso

Cuando hablamos de la corteza cerebral en el apartado anterior nos estamos refiriendo a la capa que cubre nuestros hemisferios cerebrales. Esta capa es Sustancia gris y esta formada por el cuerpo de las neuronas, mientras que la porción clara que hay debajo la llamamos Sustancia blanca y esta formada por los axones de las neuronas.

En cuanto a su función la Sustancia Gris se encarga del procesamiento de la información y de la ejecución de tareas localizadas. Mientras que la Sustancia Blanca se le relaciona con la comunicación de redes neuronales para permitir una mejor integración y asimilación de la información.

Diapositiva explicativa de la sustancia blanca y gris del cerebro.

Por si te has preguntado si es factible que la gente NO mienta, la respuesta es un NO rotundo. 

Nos guste o no, todas las personas hemos mentido y seguiremos haciéndolo. Porque la mentira y el engaño son parte de las relaciones humanas (públicas o privadas: trabajo, pareja, política, relaciones sociales… y muchas personas se mienten a sí mismas). 

¿Por qué mentimos? (Razones negativas)

  • Por temor a las consecuencias y no querer asumir responsabilidades.
    • A que se sepa algo que hicimos, o que no hicimos
    • A algo que dijimos o dejamos de decir
    • A lo que pensamos o sentimos de lo que los demás creen y nos rechazarían pensarían sobre nosotros
  • Para ocultar algo y evitar la vergüenza y consecuencias (legales, económicas, prisión, separación de la pareja, etc.)
  • Para culpar o dañar a otra persona.
  • No enfrentarse a problemas propios o de cercanos.

“La mentira es un arma y la política una lucha” 

Dicho popular

¿Por qué mentimos? (Razones positivas)

  • Ayudar a alguien (“¿Sabes qué?, no lo necesito, te lo regalo”).
  • Halagar, alegrar o intentar hacer feliz a otro.
  • No dañar o no herir sentimientos. 
  • Evitar conflictos personales o familiares (no frustrar planes o proyectos: por ejemplo, un cumpleaños sorpresa)
  • Proteger nuestra intimidad.

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