Saltar al contenido

¿QUÉ ES LA CULPA?

La culpa es la expresión del conflicto interno a partir de algún tipo de evaluación relativa a la propia persona. En relación con una serie de criterios acerca de lo que constituye una actuación adecuada en diferentes ámbitos. Es decir, es una reacción emocional a la cual le precede un juicio personal positivo o negativo sobre las propias acciones.

Durante la evaluación se implica un contexto social y moral. Estos se presentan en el desarrollo del criterio acerca de lo correcto y lo incorrecto, lo deseable y rechazable. Es entonces la interiorización de valores y normas de la cultura que se refuerzan con las experiencias en relaciones sociales lo que intervendrá en nuestro propio juicio de los actos que nos generan un sentimiento de culpa.

La culpa tiene importancia en el control y la dirección de la conducta, mantiene una tendencia de acción con implicaciones interpersonales buscando reparar el daño, ya sea aclarando la situación, dando solución al problema ocasionado o pidiendo disculpas. Cumple un papel importante en la reparación de las relaciones, y a su vez otorgando un alivio personal. Resarcir el daño no siempre es viable, y como consecuencia, se puede generar frustración intensificando así el estado emocional displacentero de culpa.

¿Es malo sentir culpa?

Como se ha mencionado previamente, la culpa es un sentimiento natural que puede motivar a reparar la falta ya cometida, pero también previene de cometerla. Cuando nos vemos ante una situación donde podemos cometer un acto generador de culpa, nuestra conciencia moral idóneamente va a generar este sentimiento desde el momento en qué se piensa, dándonos la opción consciente de cometer el acto o detenernos.

Sin embargo, se puede hablar de un problema cuando se experimenta con excesiva frecuencia, intensidad o duración e influye negativamente en el bienestar personal. Entonces puede volverse patológico. Un profesional es quien debe realizar el diagnóstico de la culpa patológica.

Tomemos en cuenta que en ocasiones este sentimiento es generado a modo de manipulación, aprovechándose de nuestros propios valores o ideales que se tienen, así como de una baja autoestima, apegos y miedos. En algunas ocasiones logrando cambiar nuestras propias valoraciones para obtener su cometido.

¿Puedo liberarme de este sentimiento?

Un acto culpable puede ser reparado con relativa facilidad, pero la culpabilidad intrínseca de la persona se vuelve más complicado requiriendo en ocasiones apoyo de un profesional.

Como ejemplo: una madre atareada pasa a comprar obsequios a sus hijos, cuando llega a casa les entrega estos juguetes a sus 2 hijos más pequeños dándose cuenta que ha olvidado el obsequio del más grande, éste le reclama por el olvido, en ese momento empieza a sentir culpa y antes de decir algo sale de inmediato dirigiéndose a comprar el obsequio faltante, al regresar le entrega este a su hijo y le pide disculpas explicando que ha tenido muchas situaciones en que pensar lo cual hizo que se distrajera a la hora de comprar los obsequios, el niño entiende esto y la disculpa, pero la madre aún siente culpa, diciéndose ella misma, que es una mala madre por haber olvidado el obsequio de su hijo.

Notando en este ejemplo que la acción o el acto culpable ha sido reparado en la relación interpersonal exitosamente. Sin embargo, la culpa intrínseca, es decir, la idea de haber sido una mala madre es lo que le seguirá generando un conflicto.

Se puede hablar de dos tipos de elementos para distinguir el acto culpable y la culpabilidad intrínseca, estos son:

<Elementos externos (acto culpable), actividad laboral, mal manejo de bienes, descontrol de dieta.

<Elementos internos (culpabilidad intrínseca), actuación como padres, fidelidad, metas no cumplidas.

Tomando en cuenta que no siempre se puede reparar el daño de la forma directa e ideal (de acuerdo con los principios personales). Lo mejor es buscar el método más sencillo. Aceptando las propias limitaciones. Sabiendo que no se tiene el control de todo y cuestionando si los actos que generan culpa, así como los ideales son realmente cuestión personal o se nos ha hecho acreedores de ellos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *