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¿Cómo adoptar un consumo responsable?

Aunque no lo parezca a primera vista, nuestras elecciones de compra afectan no sólo al medio ambiente, también tienen impacto en nuestros hábitos, nuestra toma de decisiones y, directamente, en nuestro bienestar.

Por lo tanto, tener consciencia de este consumo es fundamental para tener calidad en cada aspecto de la vida. Pero ¿Cómo puedo hacerlo?, para ello, nos puede ayudar el consumo responsable.

¿Qué es el consumo responsable?

El consumo responsable habla sobre la toma de decisiones de forma consciente, justo tomando en cuenta dentro de esa elección de compra el impacto ambiental, social y económico que tiene. Se podría pensar primeramente que hablamos únicamente de elegir productos ecológicos, pero va más allá; en este se consideran factores como las condiciones laborales en las fábricas, el empleo de recursos naturales y el ciclo de uso de los productos.

Impacto del consumo en la salud mental

La sociedad capitalista en la que vivimos, llena de publicidad y marketing nos incita de forma “subliminal” al consumo; a caer en la trampa de comprar algo para tener satisfacción inmediata, pues juega con el sistema de recompensas de nuestro cerebro. Pero esta búsqueda de gratificación instantánea se vuelve efímera y genera un tipo de enganche al consumo que perjudica nuestra salud en varios aspectos:

  • Estrés y Ansiedad financiera: Tener compras impulsivas y en exceso, llevan a una carga financiera muy alta, lo que causa estrés y/o ansiedad. Esa presión de mantenerse al día con las últimas tendencias o productos (de acuerdo con nuestros gustos) para mantener una imagen social, muchas veces insostenible para nuestra economía individual.
  • Sentimiento de vacío: Ya que, como mencionamos, se consigue una gratificación inmediata, efímera y transitoria, la sensación de vacío emocional se vuelve más profunda, pues el deseo de adquirir algo se engrandece y difícil de llenar.
  • Impacto negativo en la autoestima: Como la cultura de consumo perpetúa una visión superficial de uno/a mismo/a y de las demás personas, la búsqueda de aprobación social a través de bienes materiales se vuelve fundamental, pero afecta negativamente el valor personal.

Entonces, cómo podemos tener prácticas de consumo de forma responsable que no afecte a la salud. Aquí te compartimos algunas estrategias para integrar el consumo responsable a tu cotidianidad.

Estrategias para adoptar el Consumo Responsable

  1. Reflexiona antes de comprar: Antes de realizar una compra, tómate unos momentos para evaluar si realimente necesitas ese producto, si se alinea con tus valores, si realmente esa compra contribuye a tu bienestar.
  2. Priorizar Calidad sobre Cantidad: Elije productos de buena calidad y durabilidad sobre los artículos desechables. Así se reduce la necesidad de reemplazar frecuentemente el producto y se reduce el impacto ambiental.
  3. Investiga y apoya marcas éticas: Dedica un tiempo a investigar sobre las empresas, si tienen un compromiso con la sostenibilidad, la equidad laboral y la experimentación digna (que no experimente con animales). La elección de marcas puede influir en el mercado empresarial.
  4. Redefine tus valores de consumo: Evalúa a través de que mides el éxito o tu bienestar, ¿realmente es a través de los bienes materiales? Identifica las experiencias y momentos que te han dado felicidad, aquellas son las que realmente tienen un significado y valor trascendental.
  5. Pon en práctica la gratitud: Reconoce, valora y agradece aquello que ya tienes, en vez de desear constantemente lo que careces. Este ejercicio puede ayudarte a apreciar tus recursos y cuidar tu economía.

Beneficios de un Consumo Responsable

Adquirir hábitos de consumo responsable, no solo ayuda el medio ambiente, sino también tu salud mental, emocional y económica:

  1. Reduce el estrés: Al tomar decisiones más conscientes, se priorizan las necesidades sobre los deseos y por lo tanto brinda una sensación de paz mental cotidiana.
  2. Aumento de la satisfacción duradera: Ya que aquello que compramos son productos de calidad y le otorgamos el valor necesario, dejamos de perseguir la gratificación instantánea.
  3. Mejora la autoestima: Hacer compras responsables está alineado con mis necesidades y valores. Por lo tanto, nos sentimos conformes con nuestra toma de decisiones.

Adquirir una mentalidad de consumo responsable nos permite vivir de forma más alineada con nuestros valores, a encontrar satisfacción duradera e impulsar una mayor conexión con lo que realmente es importante para cada uno de nosotros y nosotras. De tal forma, que cada compra se convierte en una oportunidad para hacer un cambio positivo en la vida cotidiana y en el entorno que me rodea.

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