Antes de explicar qué es la terapia de pareja, primero es necesario definir qué es una pareja; es cuando dos personas de familias distintas deciden vincularse afectivamente para compartir un proyecto en común, lo que incluye apoyarse y ofrecerse cosas importantes de manera mutua, en un espacio propio pero que interactúa con el entorno social (Campo, C. & Linares, J. L., 2002).
Ahora bien, en toda relación de pareja siempre habrá diferencias, unas más fáciles de sobrellevar que otras, y la terapia de pareja es un proceso en el que se busca resolver estos problemas, pues en ella se generan nuevas posibilidades, pautas más creativas y aprendizajes que ayuden a la pareja a entenderse mutuamente, y también, observar las propias limitaciones respecto al amor, a las creencias y a las expectativas que tenemos cada uno/a.
El objetivo entonces de este modelo de psicoterapia es colaborar a que la pareja encuentre una solución a sus conflictos, conozca sus orígenes, cambien algunas conductas no sanas, asuman su responsabilidad correspondiente, mejoren sus canales de comunicación y, si es el caso, llevar una ruptura lo menos conflictiva y dolorosa posible.
Razones para ir a terapia de pareja
Dificultad para comunicarse y entenderse
Muchos problemas de pareja se deben a una mala comunicación; busco que me escuche la otra parte, pero a veces yo tampoco estoy en la disposición de escuchar. En terapia de pareja se brindan herramientas y nuevas dinámicas para llevar a cabo una comunicación eficaz, con empatía y asertividad.
Crisis de cualquier tipo
No somos la misma persona cuando todo en nuestro entorno está en armonía que cuando se está en crisis, ésta se puede dar por alguna pérdida y se experimente un duelo, por despido del trabajo, alguna enfermedad crónica, etc. Aquí la terapia de pareja puede ayudar a que esta experiencia desagradable y dolorosa no se extienda a la relación y le afecte de manera definitiva.
Problemas en las relaciones sexuales
En ocasiones la pareja puede tener una desconexión en la cuestión sexual y en la expresión de afecto, esto implica varias situaciones que van más allá de la expresión de la sexualidad; para conocerlas y entenderlas es necesario el apoyo de un(a) profesional en el tema.
Diferencias en los planes a futuro
Como mencionamos al principio, la pareja busca construir un proyecto en conjunto; eso implica compartir el presente, tener un pasado, pero también crear un futuro, y es ahí cuando pueden surgir discrepancias. En la terapia de pareja se abre un espacio en el que se pueden encontrar nuevas formas para compartir sus expectativas y llevar a cabo un diálogo que genere acuerdos y objetivos para seguir cultivando la relación.
Aparición de los hijos/as
La dinámica de pareja cambia radicalmente en el momento que llegan hijos/as, pues ahora no sólo son pareja, también son papás o mamás. Adaptarse a este cambio, mientras se lleva a cabo la crianza, puede ser un gran reto. Ir a terapia de pareja en estas situaciones es adecuado, pues ahí se pueden crear estrategias para que la relación se adapte mejor.
Cuándo NO ir a terapia de pareja
Si bien hay muchas razones para asistir a terapia de pareja, hay algunas situaciones en las que los problemas son tan graves que ir a psicoterapia no es una opción.
Cuando una parte de la pareja no desea ir a terapia y la otra sí, no hay mucho que hacer, pues no se puede obligar a alguien a iniciar un proceso terapéutico, aquí lo recomendable es terminar, porque no hay compromiso de todas las partes para seguir construyendo la relación.
Una razón muy importante y que no debe pasar por alto es la violencia; cuando existe violencia de cualquier tipo en la relación, no se puede acudir a terapia de pareja, porque aquí se estaría reforzando a la víctima a permanecer con su agresor, esto es inaceptable. Aquí es recomendable terminar la relación de ser posible, y que la víctima tome las medidas necesarias para su seguridad.
Referencia: Campo, C., Linares, J.L., (2002) Sobrevivir a la pareja, problemas y soluciones. Barcelona. Planeta.
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