En ocasiones todos y todas hemos evitado alguna situación o tarea que consideramos desagradable o difícil; porque requiere de nuestra energía física, emocional y/o intelectual. El problema viene cuando estamos obligados/as a realizarla y aun así la posponemos.
La procrastinación es aquella acción o hábito de postergar actividades, tareas o situaciones que deber realizarse, y se sustituyen por otras actividades más agradables pero irrelevantes que interfieren significativamente en la vida, afectan el bienestar emocional y, por tanto, los ámbitos personal, laboral/escolar y social.
A veces la presión y responsabilidad de saber todo lo que tenemos por hacer nos abruma, y esto nos lleva a distraernos en otras actividades. Pero también pasa que estamos haciendo algo que en el fondo sabemos no deberíamos hacer porque hay tareas más importantes por realizar; esto causa que no disfrutemos de esa actividad distractora, porque nuestra conciencia nos recuerda las obligaciones que tenemos pendientes.
Esa tarea que posponemos, la consideramos abrumadora, incómoda, difícil, estresante, y esto causa miedo al fracaso, a no poder con tanto. Al procrastinar, tenemos la sensación de pérdida de control sobre lo que queremos hacer, nos puede invadir la frustración y comenzamos a pensar de manera negativa; “Ya debería haber terminado esto”, “No creo que pueda cumplirlo, soy un desastre”, “Tal vez mañana tenga la motivación de hacerlo”, “Ahora sí mañana lo acabo”.
¿Por qué procrastinamos?
Recientes investigaciones sobre la postergación nos muestran diferentes razones:
- Ante alguna tarea difícil de hacer que causa emociones desagradables, una respuesta natural es huir de aquello incómodo. Algunos estudios demuestran que, como seres humanos, preferimos la gratificación inmediata y a valorar poco las consecuencias negativas a largo plazo.
- Baja tolerancia a la frustración y falta de regulación emocional. Se cree que aquella personas que procrastinan, tienen baja capacidad para tolerar el malestar, porque no ha desarrollado estrategias adecuadas de afrontamiento, mejor conocida como resiliencia.
- Baja autoestima y autoeficacia. Se ha visto asociadas a la procrastinación la falta de confianza en las habilidades propias para realizar las tareas.
- Las características de la tarea. Cuanto menos nos guste una tarea, es menos probable que la hagamos. Así como cuanto más lejos percibamos las consecuencias de hacerla, más probable que la posterguemos o no la realicemos. Lo mismo pasa con la fecha de entrega de un trabajo; cuanto más lejana la fecha, más lo pospondremos.
- Dificultades en la organización. Tiene que ver con el bajo autocontrol y la insuficiente capacidad de planificación, si no me puedo organizar en mis tareas, más trabajo me costará empezarlas a realizar.
¿Cómo superar la procrastinación?
- Reconocer e identificar en qué áreas de mi vida procrastino. Detectarlo y aceptarlo es el primer paso.
2. Entender porqué lo hago ¿Tengo poca resiliencia? ¿No me organizo bien? ¿No me gusta el malestar? ¿Me confío en que tengo tiempo para hacer mi tarea? ¿Tengo miedo al fracaso?
3. Perdonarme por caer en la procrastinación. Y evitar así pensamientos negativos, esto ayudará a nuestra resiliencia.
4. Mejorar mi autoestima y autoconcepto. Esto puede aumentar el autocontrol y la tolerancia a la frustración.
5. Pequeñas tareas. Dividir las grandes y complejas tareas en mini compromisos nos hará percibirlas más fáciles y alcanzables. Puedes dividir una tarea cuantas veces quieras.
6. Evitar distractores. Alejarnos del móvil y de la tele puede darnos más tiempo para organizar adecuadamente las tareas; se puede empezar por diferenciar lo urgente de lo importante y de lo que puede esperar.
7. La práctica y la constancia son la base del éxito. Si comienzas a combatir la procrastinación, no desistas; es probable que haya algún día que no quieras hacer nada, se vale tener un breve espacio para relajarte y distraerte. Hacerte de buenos hábitos y dejar atrás la procrastinación es de constancia.
Si tienes dificultad para lograr alguno de estos pasos, no dudes en pedir ayuda a un profesional de la educación y/o de la salud mental. Reconocer que necesitas apoyo, vale más que quedarse con dudas.
Pingback: La Psicología de la Procrastinación - Psicología en Desarrollo
Pingback: ¿Cómo se forma una personalidad? - Psicología en Desarrollo