Los sesgos cognitivos, o la tendencia a pensar de ciertas maneras que conducen a desviaciones sistemáticas de una racionalidad estándar o buen juicio, colorean casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. Todos los tenemos, lo queramos admitir o no.
Los sesgos cognitivos se desarrollan a lo largo de nuestras vidas a medida que aprendemos de las experiencias y comenzamos a tomar “atajos mentales” para navegar situaciones y tomar decisiones. Por lo general, son una indicación de nuestros valores y creencias, y en muchos casos los sesgos cognitivos pueden ser útiles; pueden ayudarnos a tomar decisiones más rápidamente en situaciones en las que el tiempo es esencial. También pueden ayudar a mantenernos a salvo en momentos de mayor estrés emocional o físico.
Pero los sesgos cognitivos en el aprendizaje también pueden conducir a malos juicios y una resistencia a incorporar nueva información en nuestros procesos de pensamiento.
Como profesionales del aprendizaje y el desarrollo, es imperativo que mantengamos una conciencia de nuestros propios sesgos cognitivos y también una comprensión de los sesgos comunes a los que la mayoría de nosotros, como humanos, nos aferramos. Al tener en cuenta estos prejuicios a medida que diseñamos y desarrollamos materiales de instrucción y eventos, podemos incorporar estrategias para mitigarlos y abrir el camino para el aprendizaje.
Entonces, ¿Cuáles son algunos de estos prejuicios comunes a los que la mayoría de nosotros recurrimos de manera constante, pero que nos impiden aprender? Hay docenas de ellos documentados, pero esta lista se reduce a diez principales sesgos que podemos mitigar en situaciones de cambio organizacional y de aprendizaje:
Los diez principales sesgos cognitivos en el aprendizaje
Sesgo de confirmación: la tendencia a aceptar fácilmente información que confirma su punto de vista y rechazar información que no lo respalda.
Sesgo de anclaje: la tendencia a asignar peso o importancia excesiva a una información, a menudo la primera información que aprendió sobre un tema.
Efecto Dunning-Kruger: La tendencia de las personas incompetentes a sobreestimar su competencia, y las personas muy competentes a subestimar su competencia.
Sesgo de la maldición del conocimiento: cuando las personas bien informadas no pueden ver un problema desde la perspectiva de una persona menos informada.
Fijación funcional: este sesgo limita a una persona a utilizar un objeto o idea solo de la forma en que se usa tradicionalmente.
Efecto de simple exposición: la tendencia a gustar algo solo porque está familiarizado con él.
Sesgo no inventado aquí: La tendencia a descartar información, ideas, estándares o productos desarrollados fuera de un determinado grupo.
Reactancia: la necesidad de hacer lo contrario de lo que se le pide que haga para preservar su libertad de elección.
Sesgo de Status Quo: La tendencia a querer que las cosas permanezcan relativamente igual que siempre.
Sesgo de justificación del sistema: la tendencia a tratar de mantener activamente el statu quo.
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