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Terapia familiar

Toda familia tiene problemas y por ahí hemos escuchado el dicho de “la ropa sucia se lava en casa”. Pero hay conflictos familiares que no se puede resolver solos y mucho menos callarlos, la terapia familiar puede ser un recurso que nos ayude a mejorar la dinámica familiar.

En la terapia familiar se tiene como objetivo fortalecer y/o transformar los recursos que tiene la familia misma para superar dificultades de forma colaborativa. Y así poder disminuir problemas de comunicación o conflictos entre miembros.

La familia, es el primer sistema social al que se pertenece, por lo tanto, es base fundamental en el desarrollo humano. Dentro de ella, aprendemos cómo actuar o relacionarnos con otras personas y cómo comunicarnos con el mundo.

terapia familiar

¿Cómo funciona la terapia familiar?

Es importante entender que, en este tipo de terapia, aunque sólo un miembro de la familia presente la sintomatología o algún malestar, no se busca el culpable. Se focaliza en trabajar la familia como conjunto, pues es un sistema al que todos pertenecen y, por tanto, todos influyen, ya sea para aportar al problema, o para buscar una solución.

Por ello, durante el tratamiento, se intenta involucrar a la mayoría de los integrantes posibles. En todo caso, se puede dar terapia familiar con al menos dos de los familiares.

En el desarrollo de la terapia familiar se estudian dinámicas de convivencia, las demandas de cada miembro de la familia, se identifican patrones y se trabaja para adaptarlos eficazmente, se construyen formas de comunicación asertiva, y se modifican conductas disfuncionales.

¿Cuándo ir a terapia familiar?

Estas suelen ser las razones más comunes para asistir a terapia de familiar.

Crisis o restructuración familiar
beneficios terapia familiar
Problemas relacionales o de comunicación

Beneficios de la terapia familiar

Es común caer en error de que la psicoterapia (de cualquier tipo) tiene resultados inmediatos. Generalmente, cuando existe un conflicto; este lleva su tiempo evaluarlo, conocer sus causas, intentar soluciones, reestructurar la dinámica y prevenir recaídas. Este proceso no sólo implica intencionalidad, también implica tiempo y constancia para poder ver resultados favorecedores y poco a poco ver los beneficios.

  • Se mejora la convivencia familiar.
  • Se mejora la comunicación, ya que cada miembro aprende a expresar de forma asertiva sus pensamientos y sentimientos.
  • Se aumenta la capacidad y facilidad para llegar a acuerdos, así como poner y respetar límites.
  • Se resuelven conflictos de forma sana y preventiva.
  • Se fomenta el desarrollo de cada miembro de la familia.
  • Se respeta y se quiere desde las particularidades de cada integrante.
  • El sistema familiar se convierte en un espacio seguro y de apoyo.

Tener apertura al cambio en el ámbito familiar es provechoso; nos refuerza a entender mejor la perspectiva del otro/a y saber cómo lo puedo apoyar, incluso cómo yo también puedo pedir ayuda.

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