El bienestar se puede definir como un estado de satisfacción personal y de comodidad. Considera aspectos como la salud física y mental, el éxito social y económico, así como el éxito profesional, el placer personal, la armonía consigo mismo/a y con el entorno.
Bienestar también es lograr el desarrollo personal y social deseado, porque esto nos dará la sensación de sentirnos realizados y realizadas. Parece entonces, que el bienestar es difícil de alcanzar, porque si queremos mantener este estado es necesario llevar a cabo algunas prácticas constantes que lo impulsen.
El bienestar surge de nuestros pensamientos, acciones y experiencias, afortunadamente tenemos cierto control sobre estas. Por ello es importante pensar y actuar positivo, buscar relaciones y experiencias significativas, pero, sobre todo, sanas; aquellas que nos impulsen a ser una mejor versión de nosotros/as mismos/as.
Tipos de bienestar y cómo alcanzarlos
Bienestar físico
Es la capacidad de optimizar el funcionamiento del cuerpo a través de hábitos saludables, de ejercicio y de una alimentación saludable. Al mejorar nuestro estado físico, nos sentiremos con más energía, renovados/as y nos puede ayudar a prevenir algunas enfermedades.
Una alimentación saludable consiste en realizar las 5 comidas al día (desayuno, lunch, comida, colación, cena) y en las 3 principales cumplir con el plato del buen comer para mantener los alimentos balanceados.
Por otro lado, el hábito de hacer ejercicio dependerá mucho de las capacidades corporales de cada uno/a. Hoy en día, existen infinidad de posibilidades para mantenerse en forma (correr, yoga, algún deporte o disciplina) el chiste es encontrar la que más se acomode a tus necesidades.
Bienestar emocional
Se refiere a la capacidad para entender y gestionar las propias emociones. Se trata de conocerse profundamente y tener la habilidad para actuar de manera resiliente en diferentes situaciones.
Al buscar el bienestar emocional es importante desarrollar habilidades como la regulación emocional, el pensamiento positivo, y la resiliencia. Éstas nos ayudarán a lidiar mejor con situaciones estresantes o difíciles de superar. Conseguirlas requiere de práctica y, muchas veces, también del apoyo de una persona especializada en la salud mental.
Bienestar social
Se centra en la capacidad para crear y establecer relaciones interpersonales sanas y de calidad, en las cuales exista una comunicación asertiva, responsabilidad afectiva, así como afecto y empatía.
En este tipo de bienestar, es necesario desarrollar las habilidades sociales porque estas nos facilitan tener interacciones adecuadas con las personas que nos rodean, ayudándonos a sentirnos acompañados y conectados con el entorno.
El bienestar social va mucho de la mano con el bienestar emocional. Al estar en equilibrio conmigo mismo/a, será más fácil conectar con las demás personas, porque comunicaré adecuadamente mis pensamientos, necesidades y emociones.
Bienestar laboral/profesional
Aquella capacidad de buscar los intereses, propósitos y valores propios, con la finalidad de obtener significado y enriquecimiento profesional.
Este bienestar implica crear habilidades profesionales que nos ayuden a cumplir esas metas y propósitos. Pueden ser a través del estudio de una carrera u oficio, y posteriormente un trabajo de cualquier tipo. Pero también incluye mantener el equilibrio entre esta vida profesional y la vida personal que implica los otros tipos de bienestar.
Lograr un constante estado de bienestar no llega por arte de magia, requiere de tiempo y esfuerzo. No siempre lo alcanzamos como deseamos, pero es parte de la vida tener experiencias tanto de malestar como de bienestar. Sé realista y paciente contigo, crea un plan para ese bienestar deseado; la clave está en tomar pequeñas acciones todos los días y si te tropiezas o necesitas ayuda para conseguirlo, no dudes en pedirla.
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