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Habilidades sociales y su función

A más de uno/a se nos ha dificultado manifestar una idea, expresar un sentimiento o describir algo en nuestro entorno. Y para ayudarnos existen las habilidades sociales, pues son tácticas destinadas a alcanzar un objetivo, a manejarnos con mayor asertividad al comunicar pensamientos y emociones.

Estas habilidades comprenden diversas formas de comportarse acertadamente dentro de una conversación, ya sea de manera verbal o no verbal.

Implican saber desenvolverse con seguridad en una plática, cómo iniciar una, cómo finalizarla. Expresar una opinión, dar un cumplido, introducirse a un grupo de personas. Y también, las habilidades sociales abarcan técnicas para aprender a decir “no”, defender mi punto de vista sin caer en la agresividad, y expresar emociones agradables y desagradables.

¿Para qué sirven las habilidades sociales?

Lo que nos puede dificultar comunicarnos, son sentimientos de inseguridad, un contexto hostil o sensaciones de falta de pertenencia. Todos y todas en algún momento hemos experimentado esto, y las habilidades sociales nos pueden brindar esa seguridad que necesitamos para desenvolvernos, incluso en situaciones complicadas de la vida.

Incluso, mejoran la capacidad de comunicación (verbal y no verbal) para protegerme de alguna situación, para defender mi punto de vista con la confianza de saber que estoy expresándome clara y asertivamente. Recordando que la asertividad solo es una forma de expresar nuestras emociones y nuestros deseos sin dañar la relación con el otro, tomando en cuenta cómo se siente la otra persona.

¿Por qué es importante el manejo de las habilidades sociales?

Como seres sociales, es inevitable que dejemos de comunicar, esto significa que las habilidades sociales están presentes (o ausentes) en la vida cotidiana; en el ambiente familiar, en lo laboral, en las amistades, en la pareja. Desarrollarlas es fundamental para construir relaciones satisfactorias y sanas.

Aprender a gestionar mis inseguridades para poder escuchar a los y las demás con empatía, es también una forma de conseguir satisfacción.

Aprender a pedir lo que necesito y deseo, en vez de esperar pasivamente nos da un mayor autocontrol dentro de las relaciones, porque además de cubrir esa necesidad, también me dará pauta para cumplir metas y finalmente brindarme plenitud.

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