Este concepto lo hemos escuchado en muchos lados, especialmente en el ámbito laboral, ya que se relaciona con la creación de empresas o de nuevos productos e innovaciones. Sin embargo, el emprendimiento está presente en todos los ámbitos de la vida.
El origen del emprendimiento se encuentra en el inicio de la humanidad; el ser humano a lo largo de toda su existencia ha asumido riesgos con la finalidad de generar oportunidades de crecimiento que le brinden una mejor calidad de vida. Dicho esto, podemos ver que el emprendimiento es indispensable en la sociedad, pero ¿qué es el emprendimiento?
Podemos definirlo como una actitud y aptitud que toma una persona para iniciar un nuevo proyecto a través de ideas u oportunidades con el objetivo de mejorar o innovar algo.
Perfil de una persona emprendedora
Cuando decidimos emprender, es importante reconocer que no es cosa fácil, por lo que debemos tener en cuenta algunas habilidades y conductas al momento de volvernos emprendedores o emprendedoras.
Sentido de oportunidad: Aprender a identificar alguna necesidad o problema en nuestro entorno y buscarle solución, es clave en el emprendimiento.
Creatividad: Es la capacidad de generar nuevas ideas y/o desarrollarlas, ser una persona creativa es importante a la hora de emprender.
Autoestima: Confiar en sí mismo/a y en las propias habilidades y capacidades es el punto de partida para llevar a cabo la idea innovadora.
Pasión: Se necesita una gran entrega para lograr el objetivo trazado, ya que sabemos conlleva riesgos.
Visión: Siempre se debe tener un plan y en él visualizar las metas, hay que empezar definiendo los pasos que nos llevaran al logro, esto también ayuda a tener una perspectiva más clara de las prioridades.
Organización: Tener un orden en las actividades a realizar y en el plan de trabajo facilita mucho alcanzar la meta.
Capacidad de aprendizaje: De todo se aprende, por lo que es recomendable día a día estar dispuestos a escuchar y aprender, esto aumenta la capacidad de adaptación.
Buscar lograr resultados: Cada decisión que se toma, puede acercarnos o alejarnos del objetivo, por lo que es fundamental tener control de lo que se hace.
Determinación: Es normal que se presente algún problema durante el camino, aceptar el problema o reconocer un error ayuda a darle solución más rápido y posteriormente poderse anticipar a las dificultades.
Constancia: La iniciativa que se tiene al principio se debe mantener, es muy probable que a la primera las cosas no salgan de lo mejor, por lo que vale mucho la pena seguir intentando y dar un paso a la vez.
Trabajo en equipo: Las buenas ideas no siempre las podemos llevar a cabo de manera individual, saber trabajar en equipo y reconocer que siempre es bueno el apoyo, ayuda mucho para llevar a cabo la innovación.
Asertividad: Al momento de manifestar alguna idea, se debe hacer de manera asertiva; decir lo que se piensa y siente sin lastimar a los demás es básico para alcanzar el objetivo.
A primera vista parecen ser muchas conductas y habilidades que seguir para lograr ser una persona emprendedora, sin embargo, los conceptos de conducta y habilidad son por definición algo que cualquier ser humano hace y/o aprende con repeticiones o con práctica. Todas y todos llevamos el espíritu emprendedor dentro, sólo falta sacarlo a flote desarrollarlo.
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